El "brindis", aquel que nunca falta en una celebración, es el momento tan especial en que los familiares, amigos o invitados entrechocan las copas en señal de buenos augurios y se expresan los mejores deseos. El infaltable brindis forma parte de todo protocolo en recepciones de topo tipo y nivel social, desde la entrega de la corona en algún palacio real, hasta la yunza de cualquier fiesta patronal. No importa si es en copa de cristal o en vaso descartable, a la hora de brindar todo vale!!!
La mayoría de los eventos en que se realizan los brindis implica que sea con bebidas alcohólicas, desde un fino y costoso champán, hasta el más económico agua ardiente. Existe una infinidad de costumbres y tradiciones al momento de hacer un brindis, como por ejemplo en los matrimonios con protocolo castrense en que el novio y los compañeros de armas del novio suelen lanzar las copas hacia atrás rompiéndolas luego de hacer el brindis.
Pero así como existe infinidad de costumbres y tradiciones, el brindis también varía en su expresión de acuerdo al idioma de cada lugar. En el Perú es tradición decir "¡Salud!" al momento de hacer un brindis, salvo ciertas excepciones en que las personas por monería repite y utiliza algún modismo o jerga asumiendo que dice lo correcto y sin saber, resulta metiendo la pata, diciendo una cosa por otra.
Como parte de protocolo de una conocida empresa japonesa y en señal de agradecimiento, los funcionarios netamente japoneses, invitaron a cenar a toda la gerencia de la empresa que los representaba en el Perú, en la cual yo laboraba y también estaba incluida e invitada a la cena. Nos llevaron al restaurante Hakata que quedaba en Miraflores, jamás había probado la comida japonesa y mucho menos de acuerdo a su costumbre y tradición.
El lugar estaba ambientado con decoración y música oriental. Cuando entramos al salón reservado para nosotros me sorprendió ver la mesa tan baja, casi a 30 cm del suelo y unos enormes cojines alrededor. En la puerta una señorita con kimono nos ayudaba a quitarnos los zapatos para ingresar descalzos al salón. Luego de la ceremonia de bienvenida quedamos ubicados en los cojines donde vi a mi entonces Jefe haciendo mil piruetas para poder encontrar la ubicación perfecta sin llegar a quedar tronchado o acalambrado por la incómoda posición sobre el cojín.
Tempura, tonkatsu, sashimi, donburi, teriyaki, yakitori, sukiyaki, onigiri, tofu y sushi, eran algunos de los platos que llegaban a la mesa, algunos fríos otros calientes, con las presentaciones más extrañas y tan elaboradas que más parecía una exhibición de obras de arte!!! Esa noche aprendí a comer con ohashis, palitos pero no los de tejer, los cuales me obsequiaron luego de la cena pues eran finos y venían con su base de loza. Por lo general los restaurantes y deliverys te regalan los waribashi, que son los palitos descartables.
Disfrutábamos de tan agradable cena cuando llegó el momento del brindis con el tradicional sake, el vino hecho a base de arroz... Se escuchó varios ¡Salud!... otros ¡Kampai!... y un sólo agudo y pitudo ¡Chin Chin!... dicho por mi. De pronto un rotundo silencio invadió la mesa y grande fue mi sorpresa cuando los funcionarios japoneses me clavaron mirada y sus ojos se abrieron tanto que terminaron redondos como una moneda!!!
Yo miré asustada a mi Jefe con una enorme interrogante pues no sabía lo que ocurría, los japoneses murmuraban en su idioma y fue cuando mi Jefe junto con el Presidente de la organización en la que laboraba pidieron las disculpas del caso y me explicaron lo que sucedía. La expresión "Chinchin" en japonés significa "pene", es decir el miembro viril del hombre. Fue entonces en que yo, horrorizada, les hice la competencia a los japoneses abriendo los ojos, sentí que se me subieron los calores y los colores a la cara, totalmente ruborizada, avergonzada y desconcertada no sabía qué hacer, tan sólo quería que la tierra me tragara!!!
Desde ese momento me juré que jamás haría un brindis con esa palabra, a pesar de que en algunas partes de Italia es permitido el "cin cin", onomatopeya creada por el sonido del choque de cristal contra cristal de las copas. Así que luego de mi pintoresca anécdota es bueno tener precaución antes de brindar: ¡Kampai! en japonés, ¡Saude! en portugués, ¡Wi ha yuh! en coreano, ¡Santé! en francés, ¡Cheers! en inglés, ¡Salute! en italiano, ¡Prosit! en alemán, ¡Na zdrowie! en polaco y ¡Ganbei! en chino mandarín, entre otros...
Pero lo que me ocurrió no evitará que en algún momento se pueda canturrear el "Chin Chin" de la pegajosa canción de Jimmy Santi, o pedir a alguien que pague al "Chin Chin" alguna venta, refiriéndonos al pago al contado, ni tampoco comprar en la bodega tu bolsita de "Chin Chin", esas deliciosas lentejas de chocolate bañadas en caramelo... sin que nadie te clave mirada como si hubieras mentado a la madre y toda su generación.... pero espero que si haya quedado claro "lo que jamás debes decir al hacer un brindis".... ¡Salud por eso!!! :D
Chin Chin....jajajajajajajajaj
ResponderEliminarChin Chin... ven a brindar!!!!!.... te salió igualito que Jimmy Santi... jajajajajaja :D
ResponderEliminarHola Vicky, me llamo Izabel y tu anécdota me está haciendo reir como no tienes idea. Yo viví casi 10 años en Japón y la convivencia no sólo con Japoneses sino también con los brasileros dió pie a que a lo largo de mi estancia me sucedieran muchas anécdotas y muy graciosas, debido en un principio al desconocimiento de de los idiomas y de sus costumbres.
ResponderEliminarTe cuento una chiquita, yo estaba trabajando en una Planta de la NEC y había un Jefe de Producción que a raíz de un accidente cojeaba. Un día hubo un problema en la línea de producción y uno de mis amigos brasileros empieza a gritar "Iza chama o manquinho" y yo pensé manquinho viene de manco, y el brasilero seguía repitiendo lo mismo y pensé pero si aquí no hay ningún manco.... y volvió a repetirme lo mismo y conteste pero si aquí no hay ningún manco, y él me dijo "Como nao e o chefe...? " y ahí aprendí que cojo en portugués se dice "manco".......jejeje
Hola Izabel!!!! que alegría tenerte por aquí y saber que te gustó mi crónica y lo más importante... que disfrutaste de su lectura. He leído con detenimiento tu divertida anécdota y ya imagino las miles que tendrás. Como bien dices es terrible cuando uno no sabe el significado de ciertas palabras ya que varían según el país de procedencia. Muy graciosa de veras y te agradezco el que la compartas conmigo. Que tengas una lindísima semana y espero que me sigas visitando, Dios te bendiga, cariños y besitos miles :D
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