domingo, 24 de marzo de 2013

CUANDO LA COLA... ES LA COLA

En toda etapa de nuestra vida, en algún instante nos hemos visto presos de aquella sensación de angustia cuando dejamos para último momento algo que debíamos y teníamos que hacer. Por ejemplo en la época escolar, cuando no hacíamos una tarea a tiempo o cuando estudiábamos recién antes de empezar algún examen. Con el tiempo nos volvemos alguito flojos o irresponsables y nos apropiamos de una pésima y mala costumbre de dejar las cosas para último momento, como el pago de recibos por servicios de agua, luz y teléfono, o entrega de documentos, o trámites tan importantes como gestionar duplicado del documento de identidad días antes de alguna elección electoral.

Hace más de un mes mi mejor amigo prácticamente me puso en bandeja todos los datos necesarios para poder hacer un trámite ante una conocida AFP, trámite que requería tan sólo unos minutos de mi tiempo y que por negligencia iba postergando conforme pasaban los días. Uno siempre piensa: "lo haré después, tengo tiempo", pero no piensa en que se pueden presentar inconvenientes que compliquen hacer el trámite a última hora, como lo ocurrido con el sistema tanto vía web como telefónico de las AFP que en los últimos días colapsaron por saturación de miles de personas que al igual que yo, esperaron el último momento para hacer el trámite.
Al ver en noticieros las tremendas colas que habían en cada AFP para poder realizar el trámite de elección de comisión y estando tan próximo a vencer el plazo para hacerlo, decidí acudir lo más temprano posible. Me desperté a la misma hora del canto del gallo y cuando llegué a San Isidro me dí con la sorpresa de que no fui la única que pensó lo mismo, ya había una cola kilométrica de personas. A pesar de la sugerencia y advertencia que hizo mi amigo de llevar copia de mi documento de identidad, cuando llegué me di cuenta de que la había dejado olvidada en casa, por lo que tuve que dejar mi sitio de la cola en reserva y salir a buscar un lugar de fotocopias. Felizmente que por entrenamiento en el gimnasio mis piernas están en forma y pude hacer la caminata a la velocidad de un chasqui.

Cuando eres parte de un grupo de personas que esperan su turno en una cola tan pero tan larga como en la que yo estaba, cualquier cosa puede suceder, desde los infaltables vendedores de cola, pasando por los vendedores ambulantes, hasta las personas que con frescura y viveza criolla se sampán sin importar la lluvia de insultos y dardos que les cae por ello. Yo estaba aproximadamente en el lugar número 150 de la cola, cuando de pronto, 40 personas más atrás empezaron a pifiar y gritar a dos mujeres que se habían metido a la cola gracias a una tercera mujer que ya estaba allí. Los gritos no cesaban y la cola seguía avanzando, de pronto se escuchaba en coro: que saquen a "la de verde y la calata", por las dos mujeres ya que una llevaba una blusa verde y la otra un polo strapless.
Mientras tanto, 80 personas más adelante una señora no aguantó el calor sofocante, ya que hacíamos la cola de pie al sol en plena calle , y cayó al suelo desmayada, felizmente que salieron a atenderla y la verdad no sé en qué estado terminó la pobre. Delante mío había otra señora bastante mayor muy mortificada porque hacía cola para su hija a la que no le daban permiso para salir de su laburo y hacer el trámite, por lo que ella llegaría tan sólo para entrar y salir. El detalle de la madre abnegada era de que no había tomado desayuno, estaba de pie más de 3 horas, la cola avanzaba, perdía turnos y su hija no llegaba. Una sensación de angustia se apoderó de mi, así que le pedí cuide mi sitio y fui en busca de algo de comer para ella, así que unas galletas y un jugo fue lo que pude brindarle y la lluvia de sus bendiciones me reconfortó tanto como si fueran de mi propia mamuska.

Al poco rato apareció una señorita de la AFP repartiendo tickets y la cola se convirtió en algo así como la barra brava de algún equipo de fútbol, pifias, gritos, mal humor, requintadas y hasta lisuras!!!... yo estaba espantada pues temía lo peor. Al fin me entregaron el ticket de atención y estaba más tranquila, pero inmediatamente se escuchaba el laberinto y enfrentamiento de las personas que seguían peleando y reclamando a "la de verde y la calata". Un señor maduro, bastante atractivo y super ejecutivo, hacía cola dos personas más atrás de "la de verde y la calata", con toda elegancia y educación que cegaba a la vista, se dirigió a la señorita de la AFP y con una voz grave y varonil le dijo: "señorita buenos días, por favor le agradecería que ponga orden en la cola... YA QUE ESTE PAR DE MUJERES HAN VENIDO A METERSE EN LA COLA SIN RESPETARLA Y ZURRARSE EN NUESTRA CARAAAA".... Está demás explicar que esas mayúsculas fueron tremendos gritos del apuesto e interesante señor, y por consideración a mis lectores he obviado las lisuras que dijo... una muestra más de que cuando uno está cansado, con calor, hambre, sed y cansancio, la educación se va al tacho y puede perder los papeles!!!... más aún si tienes delante a "la de verde y la calata".... 
Después de tanto esperar al fin pasamos en un grupo de 15 personas a las que nos sentaron en una sala y nos dieron las explicaciones del caso para el llenado del formulario. Nos entregaron unas tablillas para apoyar y lapiceros, junto con una botella de agua con el logo de la AFP. La señora que nos daba las indicaciones era algo mayor y tenía cara de cansancio, imagino que no debe ser fácil atender a tantísimas personas casi al mismo tiempo y todo el día. Ella hizo hincapié a cada instante sobre la exigencia de detallar el tipo de documento de identidad, en este caso el "DNI" y había que escribirlo. Cuando terminaron las indicaciones y mismo salón de clase con alumnos a punto de rendir examen, empezamos a llenar el formulario en total silencio, cuando de pronto me di cuenta de que me había equivocado!!!... especifiqué el tipo de documento pero no ví que había otro recuadro para poner el número y coloqué ambos en un mismo casillero.

Levanté la cabeza y pedía ayuda con los ojos, la señora estaba con cara de sargento y de pronto una dulce vocecita rompió el silencio casi sepulcral y dijo: "disculpe, qué pasa si en el recuadro donde había que especificar DNI también se pone el número?". Las 14 personas a mi alrededor me clavaron la mirada y la señora con cara de sargento me miró con cara de asesina!!!... me abrió los ojos y me entregó un formulario nuevo, yo quería que la tierra me tragara por haberme equivocado en algo tan absurdo. La verdad que el trámite tomó algo de 8 a 10 minutos pero para ello tuve que hacer una cola tan pintoresca de casi 2 horas y media. Lástima que nunca supe en qué terminó el problema con "la de verde y la calata". Todo lo ocurrido nos vuelve a dar una lección de que debemos escuchar consejos, recomendaciones y "no debemos dejar las cosas para hacerlas a último momento"... Mientras tanto, debo reconocer públicamente que mi mejor amigo estaba en lo cierto y debo decir una vez más que..."siempre tiene la razón"!!!.... :D

2 comentarios:

  1. ¿Qué paso con la de Verde y la Calata?

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    1. Jajajajajajajajajaja.... eso es algo que siempre será una incógnita!!!!... pero presumo que con tanto escándalo que hicieron las personas en la cola, más el señor yupi que terminó perdiendo los papeles... seguro que no les entregaron ticket y terminaron yéndose al final de la tremenda cola... será cierto eso???.... jjajajajaja :D

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