sábado, 16 de febrero de 2013

EL CAPRICHO POR LAS FLORES DE BODAS

Con motivo de la celebración de San Valentín y luego de recibir hermosas flores, en especial rosas rojas, compartí en una crónica el recuerdo de una anécdota sobre un arreglo de flores que recibí de un admirador en esa misma fecha. (ver crónica en http://vickymayo.blogspot.com/2013/02/feliz-dia-de-san-volantin.html). Desde niña adoro las flores, siempre había en casa floreros en diversos ambientes luciendo las más hermosas flores naturales. Las flores expresan bellos sentimientos, alegran la vida y nos ofrecen una sensación de paz y relajamiento que es difícil resistirse a disfrutar de su fragancia y aroma. 

Por alguna extraña razón que ni yo misma me explico, ya cuando era una señorita y empezaba a asistir a los matrimonios de mis amigos o compañeros de trabajo, me dio el capricho de siempre coger o arrancar alguna de las flores de los adornos de bodas a las que iba. No guardaba ni coleccionaba las flores, no había ninguna razón en especial, en realidad no hacía nada con ellas pues luego las echaba al tacho de basura. A simple vista ese extraño capricho parece inofensivo, pero en algunas oportunidades se convirtió en una mezcla de algo divertido y desagradable, pero anecdótico. 

En una ocasión en que estaba esperando con un grupo de amigos a que lleguen los novios al local de la recepción, no se me ocurrió mejor idea que mientras ellos fumaban, yo me puse a contar las flores blancas de la guirnalda de flores que adornaba la puerta de ingreso del local. La guirnalda era hermosa, con una gran campana hecha de flores blancas que al ingreso de los novios se abría para bañarlos en pétalos de rosas en señal de buen augurio. Como sobraba una flor que no hacía número par decidí sacarla, la jalé suavemente pero no salía, lo hice con más fuerza y nada, hasta que tomé más impulso y listo!!!... al fin la florcita era mía, pero la guirnalda también!!!... Resulté tirada de espaldas en el suelo y con la guirnalda encima mío, los invitados se acercaron a ayudarme y pensaron que se me había atascado el taco en algún sitio y por eso el motivo de mi caída, a lo que por supuesto dije sí!!!.... mis amigos se hicieron humo!!! :D
En otra ocasión, cuando iba en el auto de mi enamorado nos detuvimos a la señal del semáforo en rojo, y a nuestro lado izquierdo se detuvo una tremenda limosina con un par de recién casados dentro y estaba decorada con guirnaldas de flores y bouquets en las puertas. Eran tan bellos los adornos y contemplaba tan divertidos a los novios cuando de repente apareció ese bendito caprichito, y como si tuviera un pequeño diablito en la orejota que me decía "hazlo", me lancé por encima de mi enamorado sacando el brazo por la ventana para tratar de coger una flor del bouquet que adornaba la puerta más cercana a nosotros. Casi me da un infarto cuando ví que la puerta posterior de la limosina se abrió y bajó el novio!!!... Uy!!! entonces desistí de seguir jaloneando la flor y pensé que vendría a gritarme, pero no fue así, se acercó a la puerta del bouquet y con paciencia lo desató para luego regalármelo, la novia por la ventana sonreía.... y mi enamorado me quería ahorcar!!!
Pero no soy la única que tiene ese tipo de caprichos, en el matrimonio de una amiga habían unos adornos muy lindos y super grandes en las paredes del local donde era la recepción. Ya cuando nos retirábamos de la fiesta, un amigo no se quedó con las ganas de llevarse uno de esos arreglos, así que aprovechando su alta estatura lo descolgó y luego lo puso en la parte trasera de su auto. Les aseguro que soy inocente y no fui yo quien le dio la idea, fue tan sólo un antojo de tenerlo y el simple hecho de ponerlo en su auto, no sé si como kábala o augurio de próxima boda, pero me sentí mejor de saber que no era la única con ese tipo extraño de capricho.

Cuando me casé no recuerdo que alguien haya jaloneado las flores de los adornos de la carcochita que me trasladó a la iglesia, a la toma de fotos y al local de la recepción, pero lo que si recuerdo es que una chica jaloneó a mi esposo de estreno. Antes de ir al local de la recepción estábamos en plena sesión de fotos en El Olivar, cuando de repente se detuvo un auto del cual bajaron dos chicas de lo más alborotadas, una de ellas se acercó más, me dijo: "préstamelo un ratito" y lo sentó a mi esposo en el peldaño del estribo de la carcochita, ella se sentó en sus piernas y su amiga le tomó una foto!!!.... Fue cuando se acercó a darme un beso, desearnos felicidades y se fue corriendo, alborotada y gritando: "Sí, este año me caso!!!", algo paradójico ya que era diciembre y no le quedaba mucho tiempo para organizar su boda. Ya de casada se me quitó ese tipo de capricho... pero aparecieron otros!!!... la travesura bien lo vale no???... :D

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