Todo en la vida tiene un ciclo y pienso que la etapa escolar es la más importante y bella en la vida de toda persona. Por muchas razones hoy viernes 10 de mayo será un día que jamás olvidaré en mi vida, pues asistí a la última actuación por el Día de la Madre en el colegio de mi Chucky menor que está de Promoción y este es su último año de colegio. Las mujeres de por si somos más sensibles y susceptibles que los hombres, pero las mamuskas lo somos aún más y desde anoche he sentido ese nudito en la garganta que es como el corcho de una botella, para contener aquellas lágrimas a punto de escapar.
Salí de casa con algo de retraso y andaba bastante apurada en camino al auditorio donde se llevaría a cabo la actuación por el Día de la Madre. Me invadía una emoción muy grande ya que mi hijo iba a participar en varios números y de pronto se activó el DVD de mi memoria y vino a mi mente una película inédita con tantos recuerdos de las actuaciones de mis hijos durante su etapa escolar, desde que estaban en el Nido hasta su último año de colegio. Caminaba recordando cada tema, cada detalle, cada emoción, cuando de pronto recibí una llamada inesperada al celular que me dejó sin habla, me daban una noticia que me llenó de confusión y una tristeza muy grande.
La amiga que llamó jamás imaginó en que quizá no era el momento oportuno para darme tremenda noticia, más aún estando yo en plena calle y con los sentimientos alborotados a flor de piel. Pero con el coraje corajudo de toda una madre me detuve, respiré profundo, con el corazón hecho pasita y con un nudo en la garganta tuve que ponerme en marcha nuevamente y seguir camino hacia el auditorio del colegio. Parecía un pequeño volcán a punto de erupción y no por furia, sino porque contenía mis lágrimas que estaban amotinándose para salir en total libertad!!!...
Cuando llegué al auditorio respiré profundo nuevamente y dibujé una sonrisa en mi rostro. Un atento y elegante alumno de la Promoción me recibió, me entregó un recuerdo y me cedió su brazo para llevarme dentro del auditorio y ubicarme en mi asiento. Empezó la actuación y salieron a cantar un duo de muchachos con un tema de Sin Bandera: "Que me alcance la vida". Yo que quería disipar mi tristeza pasajera y a ellos no se les ocurrió mejor tema que ese, los alumnos cantaron hermoso como profesionales, con sus voces calaron hasta la fibra más profunda de mi ser y por más que usé el viejo truco de mirar hacia el techo para no llorar, se fugaron algunas lágrimas, como presos de un penal: corriendo.
Luego de varios números unos más emotivos que otros, vino el primer número de baile en el que aparecía mi hijo. Disfrutaba viendo bailar a mi hijo menor de 1.87 m de alto y me trasladé a su primer año de Nido en que salió bailando un festejo, de pronto me dije: cuanto ha crecido!!!, terminando el baile cada alumno cogió una rosa y se acercó a su mamuska para entregársela, no es difícil imaginar que por ahí se fugaron un par de lagrimitas más. Luego de otros números llegó nuevamente la participación de mi hijo y junto con otras mamuskas parecíamos reporteros de los principales medios periodísticos apostados delante del escenario para capturar con sus cámaras las mejores tomas en escena.
Terminó el sorteo de canastas para las mamuskas y de pronto llegaron los mariachis para darnos serenata, al quinto tema salieron los chicos de la promoción para sacar a bailar a sus respectivas mamuskas, Se armó tremenda fiesta y las caritas de emoción de los chicos, y en especial la de mi hijo, era el antídoto perfecto para disipar cualquier tristeza, él estaba super feliz y emocionado... y yo desbordantemente orgullosa de verlo tan grande y logrado. Cuando los chicos están de Promoción, tienen la potestad de ser las estrellas del show y nos regalaron como cierre del agasajo un Harlem Shake muy divertido.
Por supuesto que hoy también estuve recordando aquel mayo del 2008 en que le tocó a mi hijo mayor regalarme su último agasajo de su etapa escolar por el Día de la Madre. Pero todo es un ciclo y es parte de la vida misma para seguir creciendo. Este día jamás lo olvidaré, porque fue muy especial, este agasajo es parte de un ciclo que termina a fines del 2013, mi último hijo concluye su etapa escolar y una vez más, como cuando le tocó a mi hijo mayor, disfrutaré al máximo cada instante del último año de su etapa escolar.... y será inevitable que aquellas lágrimas de profunda emoción, luego de amotinarse, fuguen a su libre albedrío!!!... Mientras tanto, a sonreír caracho!!! :D
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