jueves, 2 de mayo de 2013

JUGANDO EN EL CASINO HASTA EL INFARTO

La ludopatía es un impulso irreprimible de jugar a juegos de casino, viene a ser un trastorno de la personalidad que se caracteriza principalmente por la dificultad para controlar los impulsos y de manera compulsiva practicar uno o más juegos de azar, afectando la vida diaria de la persona y de su entorno familiar. A pesar del riesgo y del problema que esto representa en la sociedad, siguen abriendo casino tras casino y lucrando con los bolsillos de tanto ludópata. El martes pasado, involuntariamente fui testigo de ver salir en camilla a un jugador de un casino cercano a mi casa, una estridente sirena de ambulancia abría paso hasta que se detuvo frente al casino y bajaron los paramédicos ingresando con urgencia una camilla.

Era martes 30 y fin de mes, los vigilantes y algunos testigos rumoreaban que el sujeto de aproximadamente 50 años, había sufrido un infarto luego de haber apostado una gran cantidad de dinero y haberlo perdido todo, es de suponer que quizá el dinero fue parte o el íntegro de su sueldo. La sensación fue extraña, nunca antes había visto salir a alguien en camilla y sentí angustia ajena por aquella familia que seguro lo esperaba en casa. No sabemos si esta persona era ludópata o quizá por apuros económicos decidió arriesgar y jugarlo todo pensando en ganarle a las máquinas o a los juegos de azar. Sea cual sea el caso, tan solo espero que donde se encuentre haya librado el cuadro de infarto y que no vuelva a cometer el mismo error de apostar dinero.

Lo sucedido me hizo recordar mi primera vez en un casino, he asistido a muchos pero para quinceañeros, matrimonios, fiestas y cumpleaños. Mi primera vez en una sala de juego fue en el casino del Hotel Marriott, estaba con un grupo de amigas y para hacer tiempo hasta que termine la fiesta de promoción de nuestros hijos, decidimos bajar al casino del hotel. La mayoría de ellas ya habían jugado antes en un casino, para mi todo era novedad y no faltó la amiga acomedida que se apiadó de mi iniciación y me indicó los pasos a seguir. Cada una fue a ventanilla y compró sus fichas de juego, como yo no quise quedarme atrás también compré las mías con la jugosa suma de 5 dólares en fichas, que al tipo de cambio de aquel entonces representaba una cantidad de fichas razonables que me entregaron en un vaso plástico de color amarillo. 

Totalmente desorientada una de mis amigas me indicó que tenía que echar una ficha y presionar uno de los botones, así lo empecé a hacer pero no entendía en lo más mínimo la mecánica del juego. Había una fila de 10 máquinas en las que no había nadie jugando, así que empecé a echar una ficha en cada una y volvía a regresar y así sucesivamente, de algunas máquinas iban cayendo moneditas que yo recolectaba y volvía a echar a las máquinas. De pronto varias empezaron a sonar y luces a parpadear, yo seguía juntando las monedas y volviendo a echarlas a las máquinas, cuando de pronto se acercó mi amiga y abriendo sus ojos me dijo: "Qué estás haciendo!!!".... "Echando las monedas" contesté. Por supuesto que mi amiga se tiró de los cabellos, resulta que yo estaba echando las monedas de mis ganancias a las máquinas nuevamente... Había invertido la jugosa suma de 5 dólares y mi ganancia fue de 120 dólares, de los cuales tan sólo me quede con 65 porque el resto lo perdí nuevamente en las máquinas, motivo por el cual me retiré del juego!!!... 

Lo que si llamó mucho mi atención, es de que siendo más de las 4 de la madrugada el casino tenía bastante concurrencia y lo más increíble es de que la mayoría eran personas de la tercera edad. Me impresionó ver a varias "abuelitas" super emperifolladas sentadas frente a una máquina con cigarro en una mano y un vaso con whisky en la otra. Al preguntarme dónde estarían los familiares de esas abuelitas, ya que no piensan que una persona de esa edad no debería estar sola en la calle y a esa hora, algunos me contestaron de que por lo general los abuelitos suelen escaparse al casino una vez que ya todos duermen en casa, son los "caseritos" de la media noche y regresan a casa antes de que llegue el pan caliente para el desayuno. Yo me caía de sueño pero las abuelitas estaban super entusiasmadas con sus máquinas, con una vitalidad increíble. No sé si cuando llegue a esa tierna edad me pase lo mismo y quiera escaparme cuando todos duermen.... pero ténganlo por seguro que no lo haría para irme al casino, pero si quizá a bailar salsa???...  :D

No hay comentarios:

Publicar un comentario