jueves, 31 de enero de 2013

SUDANDO CON EL ENEMIGO EN EL GIMNASIO

Hacer ejercicio es bueno, pero algunas veces la convivencia en un gimnasio lamentablemente puede resultar muy perjudicial para la salud... "Gimnasios vemos, pero socios no sabemos"!!!, podemos estar disfrutando de una divertida sesión de spinning sin saber o imaginar que la persona que pedalea a nuestro costado es un potencial asesino, como el caso ocurrido en Estados Unidos cuando un individuo de 45 años, sin razón ni motivo alguno, ingresó a la sala de baile del gimnasio al que acudía, apagó la luz y disparó por todos lados. El resultado fue aterrador, tres mujeres muertas, varias personas heridas y al final de su momento de locura se suicidó.

Cuando acudes a un gimnasio no sabes con qué clase de personas te vas a encontrar e involucrar. La gran mayoría acude por salud, otros por diversión para aliviar tensiones y olvidar preocupaciones, o simplemente para mantenerse en forma, pero tal parece que también existen los que van para desfogar su ira, frustraciones, arrebatos, mal humor y agresividad. Particularmente me encanta ir al gimnasio porque me divierto mucho con mis amigos disfrutando cada rutina y clase, adoro bailar y mantenerme en forma, pero es lamentable cuando en tu camino te encuentras con personas desubicadas y alteradas.

El día de ayer un hecho desagradable, en realidad sin mucha importancia, me hizo recordar lo ocurrido hace algunos años en el gimnasio al que voy. Me apasiona el baile y podría bailar por horas!!! así que nunca me pierdo de las clases diarias de baile y siempre en primera fila. Con el tiempo conocí a una señora divorciada que bailaba en una ubicación delante mío, no era muy amigable y siempre andaba algo agestada quejándose de todo a su alrededor, pero por mi manera de ser, amigable, era inevitable el conversar con ella, escucharla y darle ánimos cuando llegaba renegando por los problemas que tenía en su vida, en su laburo, con sus implantes, con sus padres, sus hijas y con su ex-esposo.
No soy una profesional del baile pero a Dios gracias tengo buen sentido de la orientación y puedo bailar dentro de mi radio de ubicación, es decir sin bailar encima de las personas a mi alrededor, pero lamentablemente esa señora bailaba como si estuviera sola en toda la sala, invadía mi espacio, me pisaba, me golpeaba accidentalmente, lo cual me obligaba a retroceder incomodando así a la persona que bailaba en la ubicación detrás mío. Ella solía llevar a las clases de baile del turno noche a su hija de 11 años que parecía de 9 por su estatura. Cierto día y con mucho tino le pedí que por favor tratara de bailar en su lugar para que yo no perjudique a la persona de atrás, pero nunca imaginé jamás que al pedírselo, con eso cavaría mi tumba y ella me declararía la guerra!!!

La señora dejó de ir unos días y en su lugar bailaba la hija que de un momento a otro empezó a bailar prácticamente encima mío y por ser una niña yo trataba de acomodarme a las circunstancias, pero un día en plena clase de ritmo negro y con el trato cariñoso de una madre tuve que pedirle que tratara de bailar en su lugar porque ese baile implica giros y movimientos bruscos de brazos que podrían golpearla accidentalmente en los desplazamientos. Por supuesto que la niña no me hizo caso e inevitablemente en un giro la topé ligeramente en el brazo con mi mano, a lo cual la niña me respondió con una patada en plena canilla. El momento fue desagradable y mi divertida clase de ritmo negro se convirtió en una mortificación, lo cual comenté con la dueña del gimnasio, sin llegar a ser una queja. 

Al día siguiente mientras conversaba con unas amigas esperando a que empiece una clase de baile la señora llegó con su hija. Desde que la ví sentí una aura negativa cuando venía hacía mí con cara de ira y me gritó: "contigo quiero hablar". Tranquila le pregunté qué era lo que pasaba y fue cuando empezó mi peor pesadilla, la mujer estaba totalmente alterada y de forma prepotente, malcriada y ofensiva me gritaba increpándome de que quien era yo para meterme con su hija. Yo la escuchaba y trataba de aclarar la situación y hacerle entender su error, no suelo hablar lisuras pero esa mujer tenía un diplomado en ellas, acompañadas de su prepotencia que restregaba su condición de "socia vip" y que por ello se creía con derecho de pasar por encima de los reglamentos y de los demás.

La mujer cada vez se alteraba más y sus gritos eran más fuertes y sus palabras más ofensivas, parecía estar viendo algún reportaje de esas riñas callejeras de la gente sin educación ni valores. Cuando le pedí que baje su tono de voz y que no le iba a permitir que me falte el respeto, la mujer me contestó: "Tu aquí no eres nadie, no eres nada, yo soy VIP y tu no me vas a...." PUM!!!!... de repente el cassette se me quedó en blanco porque me cayó tremendo puñete en el pómulo que al no estar preparada me empujó hacia atrás y caí sobre una máquina. La mujer no tranquila con ello se me venía encima para golpearme nuevamente, así que logré levantarme y subí a la oficina de administración para buscar ayuda e informar de la agresión. 
Mi clase de baile se había arruinado y la mujer entró a bailar con su hija riendo sarcásticamente como si nada hubiera pasado, mientras yo lloraba indignada por lo sucedido. Lo más triste fue de que todo ese atropello lo hacía en presencia de su hija, no soy quien para juzgar su modo de educar a la niña, pero que clase de moral le puede inculcar?, acaso que todo en la vida se arregla con lisuras y golpes?. Por supuesto que no me quedé callada, soy muy pacífica, comprensiva y demasiado tolerante, pero no puede permitir la injusticia, el atropello y la prepotencia... mucho menos la agresión. No faltó el grupo de amigas que me acompañaron a la comisaría para presentar mi denuncia por agresión, pero con una persona tan agresiva, desequilibrada, alterada y extraña como esa señora, era de temer su reacción cuando fuera citada. Lo sucedido fue materia de comentarios por una semana y me enteré de que esa mujer ya había tenido antecedentes de agresiones a otras socias. 

Felizmente el gimnasio tiene un reglamento que se hizo cumplir y respetar, así que con acertada decisión a esa mujer le cancelaron la membresía y retirada del gimnasio. La paz volvió a reinar y nuevamente se podía respirar un aire cordial, ameno, alegre y divertido, porque de eso se trata, de hacer ejercicio y sudar la gota gorda pero con alegría, con entusiasmo, en un ambiente divertido y de compañerismo. La vida y la salud no tienen precio, no hay que desperdiciarla dedicándole tiempo al pesimismo, malhumor, ira o agresión. Los problemas y preocupaciones son parte de la vida misma pero no por ello vamos a desfogar las frustraciones con los demás....

He tenido la oportunidad de asistir a otros gimnasios y la verdad no cambio el mío por nada. Con el tiempo vas haciendo amigos, compañeros de máquinas, pesas, mancuernas y rutinas que comparten sus vivencias, alegrías, tristezas o preocupaciones pero de manera alturada y con educación. Somos como una  "familia fitness" con un mismo objetivo: mantener una buena salud y vivir sanamente. Si te sientes saturado o con mucha presión a tal punto de estallar, mejor quédate en casa, el resto de personas no tenemos la culpa de ello y no es justo que seamos utilizados como saco de boxeo para desfogar iras ajenas.... Mientras tanto seguiremos sudando la gota gorda... pero no por eso dejemos de estar atentos, no sabemos cuando estaremos sudando con el enemigo a nuestro costado!!!  :D

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