domingo, 21 de octubre de 2012

MI CITY TOUR EN GAMARRA

Para todo comprador que se respeta, es obligado tener en su haber turístico una visita al emporio comercial más grande del Perú: ¡¡¡Gamarra!!!  ¿Quién de ustedes en algún momento de su vida no circuló por esos lares victorianos?. Largas caminatas y uno termina mareado con tanto subir y bajar de escaleras de galerías, galerías y más galerías. Recuerdo que la primera vez que fui a Gamarra fue hace muchos años, cuando mis hijos ingresaron al nido y había que comprarles algunas prendas al por mayor. Para ese entonces Gamarra era tan sólo una calle con muchas galerías. 

Hoy Gamarra ha crecido no sólo hacia arriba con tantos edificios de miles de tiendas, y hacia abajo porque hay galerías con tiendas hasta en los sótanos, sino también hacia las calles aledañas.  La segunda vez que fuí a Gamarra lo hice con una amiga, en búsqueda de un traje rojo de Mamanuela pues ambas éramos anfitrionas de una reunión navideña. En aquella oportunidad mi amiga fue mi guía turística y yo parecía su tatuaje, pues no me despegaba para nada de su lado, ya que el mar humano que va allí es tan grande, que para una despistada como yo, era fácil perderse!!!. 

Hace poco se me ocurrió ir a Gamarra, pero como nadie me pudo acompañar me llené de valentía y decidí ir sola. Con solo lo necesario en los bolsillos (llaves y monedero con sencillo), el celular y el dinero de reserva super camuflado en un lugar discreto y seguro,  salí rumbo a Gamarra al mismo estilo de Indiana Jones, en el tan esperado Tren Eléctrico que hace una parada en la Estación Gamarra. El tramo dura 10 minutos y al momento de llegar a la Estación, media ciudad baja del Tren. Yo por supuesto algo temerosa por no decir bastante asustada, no sabía a dónde tenía que ir así que sólo seguí el mar humano que llegaba al aglomerado emporio comercial. 

Es increíble ver el collage de personas en Gamarra fashion, desde gente ficha, los yupi bamba, comerciantes, turistas nacionales e importados, los infaltables amigos de lo ajeno, y yo, un pequeño alfiler en medio de ese infinito mar humano. Por un momento no pude evitar pensar en lo que sucedería si hubiese un sismo o un incendio, no es difícil imaginar la cara que puse y el tremendo signo de interrogación sobre mi cabeza. Pasé saliva, respiré profundo, ajusté mi correa y entré al acelerado mundo gamarreishon. 

Había de todo, de toda calidad y de todo precio. Encontré a mitad de precio las mismas prendas que vende la amiga del barrio, otras prendas a mayor precio que en Polvos Rosados y la ropa deportiva que uso al mismo precio de su tienda en Chacarilla. Estar allí es para volverse loquita, no sólo por lo aturdido de hacer shopping en un lugar tan abarrotado de gente, sino porque quisiera tener todos los vestidos, blusas y pantalones que encuentras!!! :D  

En mi recorrido encontré la blusa perfecta para un par de zapatos que aún no he estrenado, el precio me pareció genial, sólo que cuando quise pagar la señorita me dijo el tan temido "Uy, no tengo sencillo". Salió a cambiar el billete de 200 soles que le había entregado, pero regresó sin poder cambiarlo y con la cara triste pensando en que perdía la venta. Así que como la blusa me gustaba le pedí que la separe y salí con el billete dentro de mi puño, en búsqueda de un lugar dónde poder cambiarlo. 

Durante mi travesía entré, subí y bajé de varias galerías, avancé cuadra y media hasta que llegué a un banco, cuando quise sacar el billete... oh maravilla, no estaba!!! Casi me da un infarto, busqué en mi escondite y bolsillos pero no tenía el billete. Sentí como alfileres en la nuca y lo único que atiné es a regresar paso a paso por dónde estuve. Tengo la costumbre de envolver el dinero en un pañuelo Kleenex cuando lo voy a guardar en mi "escondite", así que caminaba buscando todo papel blanco en el suelo.

No podía creer lo que me había pasado, caminaba y caminaba con la cabeza a punto de estallar, mis ojos ya empezaban a lagrimear. Conforme avanzaba iba abriendo con mi zapatilla cada papel blanco que encontraba. De pronto entré a una galería que brillaba por su limpieza, no había ni una sola pelusa en el suelo, subí y bajé por los pasadizos por donde estuve. cuando de pronto en ese lugar tan impecable ví un papel blanco en el suelo, estaba doblado como el mío y corrí a su encuentro antes de que alguien más lo vea, y cuando lo abrí... allí estaba mi billetito de 200 soles!!!

Una mezcla de llanto y sonrisa se apoderó de mi, con un gigante suspiro le di gracias a Dios y salí rápidamente a cambiar el billete y comprar la blusa que dejé separada. Ya no me quedaron ganas de seguir haciendo shopping, tan sólo cogí mi paquete y con las mismas fui a tomar el Tren de regreso a casa. Sujeta del pasamanos del Tren iba pensando en lo sucedido y en lo imprudente que fui de haber ido sola a Gamarra, más aún sin portar mi DNI. Pero así pasa cuando sucede!!!, después de todo no estuvo tan mal mi "city tour" en Gamarra, con tremenda aventura incluida, sólo que cada vez que vea mi blusa será inevitable recordar el susto que me costó tenerla!!! :D

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