domingo, 28 de octubre de 2012

ENCUENTRO CERCANO CON EL SEÑOR RATON

Desde pequeños, cada vez que se nos caía un diente, siempre escuchamos hablar del “Ratoncito Pérez” o “Ratón de los Dientes”, aquel personaje de leyenda que supuestamente venía por la noche mientras dormíamos, para recoger el diente que dejábamos debajo de la almohada a cambio de un regalo o propina. Recuerdo que yo dejaba mi diente en la bolsa más grande que encontraba para que el “Ratón” no tuviera problemas en dejarme un regalo gigante!!! 

El protagonismo de este animalito no quedó sólo como parte de una leyenda en la mafia de los dientes, sino que también saltó a la fama cuando Walt Disney creó al “Ratón Mickey”, un personaje de ficción en los dibujos animados de los años 20, que se convirtió en deleite de grandes y chicos hasta la actualidad. Pero estos tiernos ratoncitos son sólo parte de la ficción y leyenda ya que existen los de carne y hueso, con toda su parentela, que de tiernos no tienen nada.

Hace unos meses, regresando de tomar lonchecito con uno de mis mejores amigos, caminábamos rumbo a casa disfrutando de una amena conversación cuando de pronto se me abrieron los faroles, digo los ojos... y me quedé muda, tiesa y paralizada!!! En la tranquilidad de la calle venía por la vereda en dirección hacia nosotros un peluche gordo brincando y corriendo a toda velocidad…ERA UNA ENORME RATA!!!

Mi amigo, distraído viendo el diseño y arquitectura de un edificio empresarial, no se percató del maratonista peludo, mientras que yo muda y presa del pánico sólo atinaba a hacer señas, ruidos, gritos, brincos y a tratar de treparme sobre la otra persona, terminé prendida de su cuello y colgando de sus hombros gritando como una loca. Mi amigo no entendía lo que pasaba, ya que no es cosa de todos los días el que una amiga te caiga encima gritando tan fuerte como sirena de ambulancia.

Fue un momento confuso y recién se dio cuenta de lo que ocurría cuando vio mi cara de pánico con la mirada hacia la vereda, la rata era realmente enorme y hasta ahora recuerdo el sonido de sus uñas sobre la acera… tic, tic, tic. Jamás sentí tanto pánico, pensé que la rata se me iba a trepar y la que terminó trepada fui yo, pero sobre mi amigo. Luego de la llave de karate que le apliqué al cuello mientras la peluda rata corría los 100 metros planos y pasaba a nuestro costado, tuve que soltarlo porque ya empezaba a ponerse morado!!!

Como no me salían las palabras por el pánico, no hubo tiempo para cruzar a la otra vereda, y el peluche de cuatro patas paso exactamente a nuestro costado como cualquier transeúnte que lleva prisa. Dicen que las brujas vuelan, pero en aquel momento me fallaron los poderes de bruja bamba y no pude alzar vuelo alguno. Ese día inventé un nuevo idioma, que dicho sea de paso nadie más que yo entendería, y mi pobre amigo tuvo que ser curado del susto, no por la rata, sino de mi!!!  

Ahora lo recuerdo como humorada, pero en su momento fue espantoso, bochornoso, vergonzoso y no se lo deseo a nadie. Se dice que mínimo hay nueve ratas por humano en el mundo, y la verdad no quisiera imaginar lo que pasaría si a estos animalitos se les ocurre salir juntos de paseo a la superficie terrestre, pánico total e infartos al por mayor. Habrá que estar preparados para un encuentro cercano con el “Señor Ratón”, su señora o alguno de sus parientes, y espero que haya alguien a mi costado donde poder treparme!!!… :D

domingo, 21 de octubre de 2012

MI CITY TOUR EN GAMARRA

Para todo comprador que se respeta, es obligado tener en su haber turístico una visita al emporio comercial más grande del Perú: ¡¡¡Gamarra!!!  ¿Quién de ustedes en algún momento de su vida no circuló por esos lares victorianos?. Largas caminatas y uno termina mareado con tanto subir y bajar de escaleras de galerías, galerías y más galerías. Recuerdo que la primera vez que fui a Gamarra fue hace muchos años, cuando mis hijos ingresaron al nido y había que comprarles algunas prendas al por mayor. Para ese entonces Gamarra era tan sólo una calle con muchas galerías. 

Hoy Gamarra ha crecido no sólo hacia arriba con tantos edificios de miles de tiendas, y hacia abajo porque hay galerías con tiendas hasta en los sótanos, sino también hacia las calles aledañas.  La segunda vez que fuí a Gamarra lo hice con una amiga, en búsqueda de un traje rojo de Mamanuela pues ambas éramos anfitrionas de una reunión navideña. En aquella oportunidad mi amiga fue mi guía turística y yo parecía su tatuaje, pues no me despegaba para nada de su lado, ya que el mar humano que va allí es tan grande, que para una despistada como yo, era fácil perderse!!!. 

Hace poco se me ocurrió ir a Gamarra, pero como nadie me pudo acompañar me llené de valentía y decidí ir sola. Con solo lo necesario en los bolsillos (llaves y monedero con sencillo), el celular y el dinero de reserva super camuflado en un lugar discreto y seguro,  salí rumbo a Gamarra al mismo estilo de Indiana Jones, en el tan esperado Tren Eléctrico que hace una parada en la Estación Gamarra. El tramo dura 10 minutos y al momento de llegar a la Estación, media ciudad baja del Tren. Yo por supuesto algo temerosa por no decir bastante asustada, no sabía a dónde tenía que ir así que sólo seguí el mar humano que llegaba al aglomerado emporio comercial. 

Es increíble ver el collage de personas en Gamarra fashion, desde gente ficha, los yupi bamba, comerciantes, turistas nacionales e importados, los infaltables amigos de lo ajeno, y yo, un pequeño alfiler en medio de ese infinito mar humano. Por un momento no pude evitar pensar en lo que sucedería si hubiese un sismo o un incendio, no es difícil imaginar la cara que puse y el tremendo signo de interrogación sobre mi cabeza. Pasé saliva, respiré profundo, ajusté mi correa y entré al acelerado mundo gamarreishon. 

Había de todo, de toda calidad y de todo precio. Encontré a mitad de precio las mismas prendas que vende la amiga del barrio, otras prendas a mayor precio que en Polvos Rosados y la ropa deportiva que uso al mismo precio de su tienda en Chacarilla. Estar allí es para volverse loquita, no sólo por lo aturdido de hacer shopping en un lugar tan abarrotado de gente, sino porque quisiera tener todos los vestidos, blusas y pantalones que encuentras!!! :D  

En mi recorrido encontré la blusa perfecta para un par de zapatos que aún no he estrenado, el precio me pareció genial, sólo que cuando quise pagar la señorita me dijo el tan temido "Uy, no tengo sencillo". Salió a cambiar el billete de 200 soles que le había entregado, pero regresó sin poder cambiarlo y con la cara triste pensando en que perdía la venta. Así que como la blusa me gustaba le pedí que la separe y salí con el billete dentro de mi puño, en búsqueda de un lugar dónde poder cambiarlo. 

Durante mi travesía entré, subí y bajé de varias galerías, avancé cuadra y media hasta que llegué a un banco, cuando quise sacar el billete... oh maravilla, no estaba!!! Casi me da un infarto, busqué en mi escondite y bolsillos pero no tenía el billete. Sentí como alfileres en la nuca y lo único que atiné es a regresar paso a paso por dónde estuve. Tengo la costumbre de envolver el dinero en un pañuelo Kleenex cuando lo voy a guardar en mi "escondite", así que caminaba buscando todo papel blanco en el suelo.

No podía creer lo que me había pasado, caminaba y caminaba con la cabeza a punto de estallar, mis ojos ya empezaban a lagrimear. Conforme avanzaba iba abriendo con mi zapatilla cada papel blanco que encontraba. De pronto entré a una galería que brillaba por su limpieza, no había ni una sola pelusa en el suelo, subí y bajé por los pasadizos por donde estuve. cuando de pronto en ese lugar tan impecable ví un papel blanco en el suelo, estaba doblado como el mío y corrí a su encuentro antes de que alguien más lo vea, y cuando lo abrí... allí estaba mi billetito de 200 soles!!!

Una mezcla de llanto y sonrisa se apoderó de mi, con un gigante suspiro le di gracias a Dios y salí rápidamente a cambiar el billete y comprar la blusa que dejé separada. Ya no me quedaron ganas de seguir haciendo shopping, tan sólo cogí mi paquete y con las mismas fui a tomar el Tren de regreso a casa. Sujeta del pasamanos del Tren iba pensando en lo sucedido y en lo imprudente que fui de haber ido sola a Gamarra, más aún sin portar mi DNI. Pero así pasa cuando sucede!!!, después de todo no estuvo tan mal mi "city tour" en Gamarra, con tremenda aventura incluida, sólo que cada vez que vea mi blusa será inevitable recordar el susto que me costó tenerla!!! :D

miércoles, 17 de octubre de 2012

VIRGEN DE LAS MERCEDES, PATRONA DE LOS RECLUSOS

Siempre escuché la salsa “Patrona de los Reclusos” de Latin Brothers, y estoy segura que muchos de nosotros la hemos bailado en plena diversión, pero apuesto que muy pocos se pusieron a pensar en lo que hay detrás de cada parte de su letra, en la realidad de muchas personas con respecto a lo que narra esta canción.

Empezamos una semana conmocionada a nivel judicial y penitenciario, dictaron sentencia a Eva Bracamonte, una joven mujer que ha sido condenada a 30 años de prisión por determinarse que fue la autora intelectual del asesinato de su madre. Durante el proceso de investigación, su caso ha sido muy confuso y extraño, con muchas contradicciones y evidentes conflictos familiares. Eva saldría libre recién en el año 2039.

Es cierto que nadie tiene derecho a quitar la vida, a agredir a otra persona, a estafar, a violar la inocencia de criaturas, adolescentes o mujeres, a robar, a traficar drogas atentando contra la salud de los demás. Tantos delitos existentes y que no hay día en que no los veamos en titulares de periódicos, revistas, noticieros y demás medios de comunicación.

La falta de principios y valores están llevando a nuestra sociedad a la violencia como pan de cada día. La falta de afecto y respeto desde la cuna materna hace que las personas crezcan con tanto odio por dentro, sin autoestima ni valor propio, sin sentimientos de compasión hacia la vida ajena, sin temor a las leyes de Dios y del hombre. La falta de educación no les permite tener juicio, criterio ni razón, no tienen metas ni aspiraciones en sus vidas.

Nuestro poder judicial siempre de cabeza, termina liberando a personas que sí son de peligrosidad extrema, a violadores reincidentes, a asaltantes potenciales, a asesinos insalvables. Mientras tanto hay personas que a pesar de no haber pruebas suficientes, son condenadas y permanecen presas con condenas tan largas que cuando salgan en libertad, ya no tendrán la oportunidad de empezar una nueva vida, de reincorporarse a la sociedad.

Es triste y lamentable que el ser humano haya cambiado tanto en su evolución, el mundo sería distinto si no hubiera tanta violencia, agresión, maldad, vicios y demencia. No puedo evitar ser ajena a la realidad que vivimos hoy en día, me pone triste y no puedo evitar en pensar en aquellas criaturas que nacen en cautiverio, inocentes de los errores de sus padres, desconociendo el futuro tan incierto que les espera.

Sé que en la vida no todo es color de rosa y que mi minúscula voz de protesta no será escuchada, pero debemos hacer algo para cambiar nuestro bello mundo antes de que termine cayéndose en pedazos. Mientras tanto siempre habrán personas que sigan bailando con “Patrona de los reclusos”, cuando del otro lado habrán otras que llorarán condenas, justas o injustas pero condenas al fin, privadas de su libertad.

Yo tan sólo le pido a la Virgen de las Mercedes, Patrona de los reclusos, que interceda por sus devotos, que alivie las penas y seque las lágrimas de los arrepentidos de corazón, de los inocentes, que vele por el futuro de las criaturas en cautiverio y que no hayan más casos de suicidio dentro de los penales. Virgen de las Mercedes patrona de los reclusos 
dales si puedes la libertad a los justos…. Que Dios nos libre de perder la libertad!!! :(

sábado, 13 de octubre de 2012

APRENDIENDO POLE DANCE EN EL BUS


Cuando tenemos que movilizarnos a lugares distantes, y no disponemos de movilidad propia, no queda de otra que subir a una combi o bus. Lo más recomendable y saludable sería movilizarnos mediante pequeñas caminatas o si la ocasión lo amerita, sacar la bicicleta y aprovechar de pedalear un poquito... el medio ambiente y nuestro cuerpo lo agradecería. 

Hace unos días, en una de mis tantas idas al gimnasio, apresurada para llegar a tiempo a mi clase de baile, me tocó subir a un bus con tan pocos pasajeros, que estaba algo vacío y tenía asientos al escoger. Desde el momento en que subí no imaginé que empezaría mi primera clase de "pole dance" en ese bus. 

El primer paso fue aprender a tomar impulso... el bus no esperó a que yo terminara de subir y sentarme, así que al momento de retomar camino aceleró tan fuerte que de un paso llegué a toda velocidad al asiento de la última fila. Apenas terminaba de acomodarme en el asiento y ya debía levantarme para bajar en el siguiente paradero, fue entonces en que vino el segundo paso: aprender a mantener el equilibrio y meter freno con el pie, en simultáneo con la frenada brusca del bus al cambio de luz en el semáforo.

Esto no tendría nada de extraño si no fuera porque en el recorrido de todo el largo del bus, que era bastante grande, había en medio del pasadizo un sólido y plateado tubo del cual no pude evitar sujetarme. Como imaginarán, al dirigirme al gimnasio llevaba una maleta de deporte algo grande y pesada que me sirvió de impulso para que a la acelerada y frenada del bus, yo termine dando un giro de 360 grados sujeta del tubo, y estuve a punto de darme una segunda vuelta... pero ya tenía que bajar!!! 

Recordar el momento me dibuja una sonrisa en el rostro, porque debo confesar que la experiencia fue tan divertida y la sensación de volar tan agradable, que me sentía como esas chicas que practican pole dance. Siempre he bromeado con la posibilidad de tomar clases de "pole dance", pero nunca pensé que tendría mi primera clase a la fuerza entre tanta acelerada y frenada de un bus. El momento fue muy gracioso y tanto los pasajeros como yo soltamos una carcajada por lo sucedido y poco faltó para que me aplaudan por el show ofrecido!!!... La próxima vez les dejo mi teléfono... sólo para contratos!!!...  :D

lunes, 1 de octubre de 2012

CUANDO PIERDES EL SENTIDO DE LA ORIENTACION


Hace unos días, mientras disfrutaba de una reunión con amigas, una de ellas comentó una anécdota que me hizo mucha gracia y que, con el permiso de ella, no puedo dejar de compartir. Mujer madura y con la vida resuelta, nos contó jocosamente que en una oportunidad en que disfrutaba de un encuentro íntimo con su pareja, en la habitación de un hotel, luego de varias acrobacias e innovaciones de rigor en el lecho ardiente, su pareja se levantó para ir al baño. Ella totalmente exhausta y terminando de contar las estrellas de colores y fuegos artificiales que seguía viendo, de pronto pegó un grito y saltó de la cama!!!... su pareja en lugar de abrir la puerta del baño, abrió la puerta de la habitación y salió totalmente desnudo hacia el pasadizo del hotel…

La verdad que mientras la escuchaba narrando lo sucedido, imaginaba la situación y no paraba de reírme. La pobre tuvo que saltar de la cama y de un grito pasarle la voz a su pareja para que no siga avanzando y cierre la puerta. No es difícil imaginar en qué situación se encontraba él y si alguien lo encontraba en el pasadizo totalmente desnudo hubiera sido un acontecimiento de Ripley!!!

Escuchar esta divertida anécdota me hizo recordar que es terrible cuando pierdes el sentido de la orientación o ubicación. Hace muchos años, cuando recién empezaba a trabajar, recuerdo que en algunas oportunidades en que se requirió seleccionar personal para cubrir alguna plaza, los postulantes llegaban a la entrevista y luego de salir de la oficina del gerente, las personas se iban en sentido contrario de la puerta por donde ingresaron, totalmente desubicados abrían puertas de armarios, levantaban cortinas buscando una puerta en la ventana, o abrían la puerta de otra oficina… todos desesperados por querer salir.

A mi jamás me ha pasado algo así, pero si me ha ocurrido que cuando estoy en un lugar que no conozco trato de guiar mi regreso con algún letrero o tienda o algo que me ayude a retomar la ruta por donde salí, pero ahora último durante mi viaje a Trujillo, me perdí y no sabía cómo regresar al hotel donde me alojaba. Las tiendas que había visto como referencia para mi regreso al hotel ya habían cerrado y los letreros apagados. Felizmente encontré un policía que me pudo ayudar, pero la verdad que es terrible cuando tu brújula falla y pierdes el sentido de la orientación… Para la próxima, ¿Te presto mi brújula? :D