Nuestro DNI, aquel Documento Nacional de Identidad que los adolescentes de mis tiempos solíamos esperar con ansias para obtenerlo, pues era sinónimo de alcanzar la mayoría de edad y por ende se nos abrían muchas puertas que a los "menores" se les estaban prohibidas. Actualmente hasta los menores de edad ya tienen un DNI y se supone que todo ciudadano debe llevarlo consigo para identificarse, pero en mi caso, tengo la mala costumbre de no llevarlo conmigo nunca. No se trata de rebeldía o de irresponsabilidad, lamentablemente me han robado tantas veces que prácticamente me aburrí de tramitar duplicados de mi DNI y ahora en las carteras llevo cosas totalmente sin valor, dejando mi DNI en casa para que esté a buen recaudo y sacarlo sólo en caso de tener que hacer algún trámite.
En marzo pasado, por el tema de la consulta popular de revocatoria a la alcaldía, mi DNI saldría a pasear para acudir a las ánforas y al buscarlo en casa días antes para verificar si había sido elegida como miembro de mesa o buscar dónde me tocaría votar, me di con la sorpresa de que mi DNI no estaba en el lugar de costumbre. Menudo problema pensé, y por supuesto que no tardé en voltear la casa de cabeza con tal de encontrarlo para no tener que hacer los trámites para sacar un duplicado. Todo este asunto trajo a mi memoria algunas anécdotas en las cuales mi intrépido DNI tuvo un papel protagonista, a pesar de no haber estado físicamente en escena.
Hace muchos años, y vayan que ya son muchos, cuando aún era soltera y vivía en casa de mis padres, salí a cenar con mi enamorado al Blue Moon, un restaurante que quedaba a dos cuadras de mi casa. Luego de cenar y como era nuestra costumbre, fuimos a pasear caminando antes de regresar a casa, la verdad ahora no recuerdo ni de qué estaríamos hablando ni por qué se suscitó una pequeña discusión y terminamos peleando. Algo arrebatada yo me di media vuelta y seguí caminando pensando en que él vendría detrás mío, como en otras oportunidades, pero al ver que demoraba volteé y me di cuenta de que no estaba!!!...
No es porque yo sea engreída, porque en realidad no lo soy... bueno sí, debo reconocer que como toda mujer soy solo "un poquito" engreída... y confieso que me molestó sobremanera que él no haya venido detrás mío para apapacharme, así que como sabía que él iría a mi casa a buscarme, decidí irme a caminar sola y hacer tiempo para demorarme antes de regresar a casa y darle un pequeño susto. Pero resulta que el susto me lo llevé yo. Ya eran casi las 10 de la noche y no había mucha gente por el parque donde caminaba, iba rumiando mi berrinche y arrebato cuando en sentido contrario vi que venía caminando un policía.

Al pobre policía se le iban abriendo los ojos mientras yo le hacía inventario y le cantaba mi tango de todo lo que me había pasado con mi enamorado. Casi me lo como vivo con todo y zapatos por haberme pedido documentos, me sentí ofendidísima y atropellada en mi derecho de poder circular libremente por mi barrio. Pero es que resulta que cerca al parque donde caminaba queda una empresa de escuela de manejo muy conocida y era sabido que por sus inmediaciones solían estar las "damas de la noche" de sospechosa reputación que venían a "captar" sus clientes. Motivo por el cual casi me lo como vivo al desatinado policía cuando me intervino en plena calle. Luego me pidió disculpas y me recomendó que tuviera cuidado ya que estaba muy solitario el lugar y era peligroso que una señorita como yo anduviera sola...
En otra ocasión, estaba con un grupo de amigas del gym alistándonos para irnos a una discoteca donde se llevaría a cabo una fiesta que el gym organizaba. Por supuesto que algunas de ellas podrían haber sido mis hijas!!!... pero congeniamos totalmente e iríamos juntas al evento. Estábamos en el taxi camino a la discoteca cuando de pronto una de las chicas que ya había llegado alertó por celular de que estaban pidiendo documentos en la puerta o de lo contrario no podían ingresar. Todas nos preocupamos porque ninguna tenía su DNI, incluida yo. Mis amigas eran tan jóvenes que a una de ellas le faltaban un par de meses para sacar su DNI.

Pero así pasa cuando sucede, fue tan divertido el momento y más aún cuando luego de tanto insistir dejaron entrar a todas las chicas ya que se trataba de un evento del gimnasio donde ellas también asistían y tenía todo el derecho de participar. Los años siguen pasando y yo sigo con mi mala costumbre de no llevar mi DNI conmigo a todos lados, sé que eso está mal ya que todos estamos expuestos en la calle a cualquier eventualidad y debemos facilitar el ser identificados... pero estoy pensando seriamente en sacar una fotocopia a color y mandarla a enmicar para llevarla conmigo. Mi DNI se molestará porque no lo sacaré a pasear, pero es por su seguridad y por mi tranquilidad!!!... :D